La ofrenda a los muertos es una tradición de mezcla cultural de creencias prehispánicas y españolas. Uno de los elementos importantes que fueron aportados por los indígenas son las flores de cempasúchil, las cuales guiarán a las almas en el sendero que viene del cielo a la tierra y es iluminado por colores ocres, amarillos y naranjas.
Además de su lindo color, el cempasúchil proporciona un delicioso aroma que da la bienvenida a nuestros difuntos durante su trayecto. Otras flores acompañan al cempasúchil como la nube y el alhelí, que con su ternura, acarician a las almas de los pequeños.
En esta época de tanta reflexión, llena de recuerdos, el cempasúchil nos aporta un ambiente tan cálido como el abrazo o el aliento de a quien tanto quisimos. Recuérdales colocando una ofrenda con sus alimentos preferidos, agua para representar la vida, la sal para la purificación y las velas que significan la fe y la esperanza.